Quería
dormir en el bosque, pero la tarde se presentó gris y húmeda. A pesar de que
estamos en agosto, la niebla lo envolvía todo allá arriba. Oianleku, cuántas
veces habré pasado por ese precioso lugar…y allí me fui, el día me llevó, y la noche hizo que me cobijara
dentro.
La
borda olía a humo ya pasado, bien limpia y bien cuidada se presentó acogedora,
y pasé una bonita noche sin estrellas pero con ellas, las hayas, con la
presencia de los cromlech un poco más arriba, con el silencio, y a la vez, con el
sonido de los caballos que me rodeaban. Tienen suerte, menudo lugar más
espectacular para pasar su tiempo.
Cae la noche. Vistas desde el porche
Todo estaba tan quieto…Llovía fino, ligero, la niebla funcionaba como un suave aspersor que mojaba todo…
Sentada en el pequeño porche, observé la caída de la noche y el amanecer entre nubes, un verdadero regalo.
A
las 7 de la mañana, recogí los bártulos y recorrí el camino de vuelta renovada,
volví a casa en bus…y ahora la mochila huele aún a bosque y a humo.
buffff !!!, que bonito, y con niebla mejor , menudo amanecer ...
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