jueves, 9 de diciembre de 2021

POR TIERRAS DEL JILOCA

 

                                                  Amanecer sobre la Laguna de Gallocanta

                                                       El espectáculo de las grullas


Atrás ha quedado la noche junto a la Laguna de Gallocanta. Dejamos el sonido de las grullas que nos ha acompañado durante unas cuantas horas para dirigirnos hacia el pueblo de Baguena, en Teruel. El propósito es hacer una ruta preciosa que desde este enclave asciende una pequeña cima, pasa por un barranco y, cresteando por bonitos cortados, nos lleva a Anento, pintoresco pueblo coronado por un castillo. Desde aquí sólo falta seguir una pista hasta el inicio de la ruta. Unos 17 km y 600 metros de desnivel que nos han hecho disfrutar de este peculiar paisaje de tierras arcillosas y rojas, aguallueves y plantas aromáticas…

                                            Baguena ascendiendo al Pico del Buitre
                                                       Tierras arcillosas y rojizas

                                                                            Corzos
                                                         Mezcla de animalillos 

No llueve; el viento acompaña al frío que curte la piel, un viento que baja los grados que indica el termómetro, 4 a las 10 de la mañana. Nos pertrechamos con todo lo que tenemos, sabiendo que en media hora comenzaremos a entrar en calor al afrontar la más larga subida del día, hasta llegar al Pico del Buitre donde hay un vértice geodésico. Las vistas son de asombrar, lomas de tierra arcillosa, frutales, encinas, coscojas amarillas…paisaje de clima áspero…Continuamos por pista descubriendo de vez en cuando en el lodo producido por la escasa lluvia caída huellas de corzos, jabalíes, tejones…nos sentimos acompañados por estos animalillos, que al atardecer seguro que asomarán por aquí.

                                                           Aguallueve de Arguilay

Un atajo a mano izquierda, por sendero y en bajada, nos separa de la pista para llevarnos hasta el lugar de Arguilay, donde está el primer aguallueve del día. Estos manantiales que se crean a base de gotas de agua, forman un espectacular relieve de piedras y musgo, con grutas escondidas en su interior. Desde aquí hay que volver a coger altura hasta los cortados por un camino estrecho y sinuoso. Una vez se llega arriba de nuevo el viento nos azota y no nos abandonará mientras circulamos cerca del borde del cortado por un estrecho sendero hasta llegar al pueblo de Anento. Por aquí arriba apenas hay desnivel, y cada recodo del camino es todo un descubrimiento.

                                  Sobre los cortados. Abajo el aguallueve de Arguilay

                                                                Bordeando los cortados

                                                 

                                                                       Anento

                                                      Abajo, aguallueve de Anento

                                                       Visita al aguallueve de Anento

Cerca del pueblo hay un torreón celtíbero que sirve de atalaya junto al castillo. Bajamos al aguallueve de Anento donde, aquí sí, nos juntamos con bastante gente. También es espectacular este entorno. Parece mentira que en estas latitudes con lo seco que es el clima, siempre comparado con el nuestro del norte, se pueda disfrutar del espectáculo del agua.

Callejeamos por el pueblo, limpio, empedrado, cuidado…naranjas, marrones, azules…un festín de colores que nos deleita antes de afrontar los últimos 4 kilómetros por pista en tenue bajada. ¡Esta excursión ha sido un regalo!







"...Con una rosa en la mano paseas y ves del sol el sol y del pueblo sus montañas; y del río que corre el agua que lleva, tras los juncos de tu infancia..." (del poeta Enrique Villagrasa dedicado al río Jiloca que corre por sus venas)

jueves, 12 de agosto de 2021

LA RUTA DEL SILENCIO

Llevamos ya tres días disfrutando del Parque Natural de Los Oscos en Asturias. Cerca de Villanueva de Oscos, una bonita ruta nos ha tenido entretenidos casi seis horas, la “Ruta del Silencio”. Camino de Taramundi, un cruce a mano derecha desde donde comienza una estrecha pista nos llevará hasta el pueblo de San Cristóbal (San Cristobo), donde el tiempo se ha detenido. Dejamos nuestro pesado vehículo a pie de pista y caminamos los tres kilómetros hasta el inicio de la ruta.

Entrada San Cristóbal. Inicio ruta


Pequeña ermita a la salida del pueblo

El día amanecía fresco para un 1 de agosto, unos 10 grados, pero la temperatura fue ascendiendo conforme avanzaba el día. Comencemos con San Cristóbal, precioso pueblo perdido entre árboles autóctonos, brezos de colores, sonido del agua del río…sus tejados de pizarra, muchos años ya hundidos, nos dan idea del paso del tiempo, mucho tiempo…Varias casas rehabilitadas en donde se escuchan voces de niños nos devuelven al presente, por lo visto alguna familia mantiene vivo este lugar. La señal inicial de la ruta nos anima a comenzar un recorrido fantástico, colorido y sosegado. 

Nada más empezar nos topamos con una pequeña ermita, y bordeándola, un sendero estrecho en bajada nos llevará hasta el río Ahio. El bosque de roble y castaño nos acompañará escuchando el sonido del agua. Las “corripas”, pequeños espacios circulares rodeados de piedras donde se guardaban antaño las castañas, nos rodean en algunos puntos del bosque. Nos topamos al final del descenso con un bonito puente de piedra para comenzar tras él la subida sostenida hasta las ruinas de Mourelle, ¡qué enclave justo enfrente de San Cristóbal! Este diminuto pueblo lleva mucho tiempo abandonado, de alguna de sus casas ya no queda nada, comido todo por la vegetación, y de otras viviendas, tremendos agujeros en los tejados nos muestran sus entrañas, antaño llenas de vida. ¡Vaya lugar!.


"Corripas" a nuestro paso

Mourelle...

La antigua pista que conducía a este pueblo nos sirve durante unos kilómetros como parte del recorrido hasta que llegamos al lugar denominado “Mirador de Balongo” donde continúa a media ladera el sendero, perfectamente marcado durante todo el recorrido. Enfrente, todavía lejos, se logran ver una serie de colmenas en fila, dando idea de que todavía se trajina por allí con las abejas. Llegaríamos por caminos de brezo, descubriendo otro pueblo deshabitado, Brusquete. La Sierra de la Bobia, el río Ahio y sus sonidos, Mourelle y ahora esto…Mientras nos embelesábamos con el paisaje, escuchamos un ruido de motor. Tenemos enfrente una pequeña mesa junto al camino y una casita con pinta de uso rodeada de muros rotos y piedras. Baja una persona con una carretilla y ganas de hablar. Buzo y mascarilla en el cuello, y pasión por las abejas. Pepe se llama, y vive en Taramundi aunque es gallego. Nos dedica media hora de uno de sus fines de semana en los que acerca a revisar sus colmenas. Nos cuenta que Brusquete lleva ¡48 años! Deshabitado. El recuperó hace siete años las pocas colmenas que quedaban en pie. Cuando habla de sus abejas se le encienden los ojos, disfruta, vive…

Todos los fines de semana se acerca a este lugar (entre semana trabaja en la construcción). Nos cuenta que hace un tiempo un oso destrozó alguno de sus panales (nos muestra uno con un gran agujero), y desde entonces, una valla electrificada a partir de un pequeño panel solar lo ahuyenta de vez en cuando. Nos habla de sus “Delicias de Taramundi”, su miel, la que con tanto cariño consigue cuidando y mimando a sus abejas en ese entorno espectacular, miel que acabaríamos comprando en la tiendita que tienen en Taramundi.

Todavía nos quedaba pasar por un precioso túnel natural y, en descenso, visitar dos preciosas cascadas, las de Celón y Picón, para, ya todo en subida, acabar de nuevo en San Cristóbal cerrando esta circular para recordar.


Las colmenas de Pepe


Colmenas antiguas

Cascada de Celón

De nuevo San Cristóbal






lunes, 28 de junio de 2021

ATRAPANDO RECUERDOS


 


En estos bosques me enamoré de la naturaleza, con sus olores, colores, sonidos…Aquí supe que pasaría mis mejores momentos al aire libre, lo supe porque siempre acababa subida en uno de estos árboles, me parecían fantásticos; siempre he ido buscando hayedos porque me traen recuerdos de la niñez. Aquellos juegos de verano junto al río Urrobi, los baños en su gélida agua, la pesca de “txipas”, Xoringua, Antsobi, Zaldua, los amigos mezclados con el paisaje…esos lugares alrededor de Auritz que este fin de semana me han vuelto a atrapar, como siempre, bonitas escenas y esencias de un bello lugar, Auritz-Burguete.


Camino de Menditxuri, Auritz



El aska 

 
Vista desde la cima de Menditxuri





Hasta pronto...Auritz


miércoles, 16 de junio de 2021

ECOS DE PRIMAVERA EN ARALAR

 “La belleza está en el caminar: los destinos nos traicionan” (Gwyn Thomas)



Miro la pantalla del ordenador intentando poner en orden mis pensamientos. Una maraña de fotos me ha hecho revivir unos días impregnados de naturaleza, en buena compañía, y en los que ese caminar nos ha llevado a completar una vuelta a la Sierra de Aralar; ¿en cuánto tiempo?, han sido 4 los días invertidos, comenzando y terminando en San Miguel. Ahora vienen los números: 102 kilómetros recorridos, y 4000 metros de desnivel acumulado…Vuelvo a leer la frase inicial, lo importante es la suma de momentos con los que respiras cada día.

GR20 (Vuelta a Aralar). Una preciosa travesía

¿Cuáles serían esos momentos? Empecemos por los BOSQUES. Hayas, Arces, Robles, Encinas, Fresnos…Hemos caminado rozando los helechos y ortigas por caminos cerrados que nos refrescaban las piernas, y por pistas que comunicaban pequeños pueblos, pasando por bordas y caseríos en los que primaba la sega de la hierba aprovechando el tiempo seco. La exuberancia en esta época del año es total, y en los bosques se respiraba quietud y sosiego; el sonido de los pájaros ha sido nuestra sinfonía diaria.













"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol" (Bertol Bretch)

...Y continuemos por la paleta de colores de las FLORES, tan difícil de recoger en nuestras fotos. Qué más se podía pedir. Todo ha sido favorable para disfrutar de unos días en la naturaleza, en buena compañía y en nuestra bonita tierra.









"Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera" (Pablo Neruda)
"La flor que es única no necesita envidiar las espinas que son numerosas" (Rabindranath Tagore)

Para los interesados en tiempos, desniveles, etc, puedo ir narrando detalles de cada día, con los datos que indica mi móvil. Que cada uno se busque la información más detallada porque seguro que la encontrará.

Día 1. San Miguel-Iribas-Lekunberri. Póngame una de monumentos megalíticos...

Saliendo de San Miguel

Antenas de Artxueta entre indicadores

Ruinas de Agiri


Después de habernos pasado parte de la tarde anterior distribuyendo dos autocaravanas para dos de las noches, con sus víveres correspondientes, una en Amezketa y otra en Lizarrusti, partimos por la mañana los tres en el coche que dejaremos en San Miguel de Aralar los 4 días de travesía. Comenzamos en bajada, este primer día se harán 27 kilómetros con 1098 metros de desnivel negativo y 434 positivo, había que aprovechar que empezábamos en el punto más alto de la ruta, a 1240 metros. La kilometrada era importante, pero ¡sobre todo en bajada!

Nada más empezar, el bosque nos acoge…Impresionante. Poco después dejamos Madotz a nuestra izquierda y continuamos viendo los dólmenes de Pamplonagain y Larrazpil, con la Barranca a nuestra derecha. Subimos a la cima de Larrazpil y rozamos el pueblo de Goldaraz para cambiar de perspectiva, ahora sobre Irurtzun, Latasa, Dos Hermanas…encontrando un montón de restos megalíticos por el camino. Más bosques, más pueblos a distancia, Oderitz, Astitz…Llegamos a Iribas y nos salimos de la ruta para caminar por carretera hasta Lekunberri donde teníamos el Hostal. 




Dólmen Pamplonagain

Al fondo Gaztelu y Txurregi


Menhir Kategaina

Dólmen Larrazpil



Algo para merendar, buena ducha en el hostal y rica cena en un restaurante del pueblo. El tiempo espléndido durante la marcha aunque por la tarde se nubló.

Día 2. Lekunberri-Iribas-Baraibar-Betelu-Uztegi-Azkarate-Amezketa. A pesar de la niebla contemplaremos el Balerdi desde los pueblos

Rodeados de niebla comenzamos el segundo día en el que haremos 26 kilómetros con 680 metros de desnivel positivo y 1066 metros negativo. Pasamos por varios pueblos, entre pistas y bosques. Subiremos hasta Urdilleko Lepoa desde donde mis compis ascenderan a Urreako Haitzak, yo les espero en el collado, siempre contemplando la mole de Balerdi que nos observa desde su atalaya. Mucho antes que esto, en Betelu, un buen bocata de txorizo cocido nos había dado fuerzas para continuar. Por bosque bajamos hasta Amezketa donde la autocaravana nos espera para la ducha y el picoteo, después vendrá la cena en nuestro txoko de la noche, el Barrio de San Martín.



Iglesia San Miguel Baraibar

Gaztain Hezia




Uztegi con Balerdi a la izquierda

Azkarate


Hacia Urdilleko Lepoa con Urreako Haitzak derecha

Amezketa

Día 3. Amezketa-Larraitz-Zaldibia-Ataun-Urkillaga-Lizarrusti. La "Etapa Reina", confundidos con la señalización

Nos levantamos, como todos los días, a las 7 de la mañana, y tras desayunar nos ponemos en marcha a las 8. Este día completaremos 28 kilómetros, con 1080 metros desnivel positivo y 640 negativos. Pasamos por Larraitz y de allí enfilamos hacia Zaldibia, aquí fue donde nos dimos cuenta de que no estábamos yendo por la ruta oficial sino por una que ya no se utilizaba. Nos dimos cuenta por las marcas que en algunos sitios no se veían y en otros estaban incluso tachadas. Teníamos que haber cogido la variante Betelu-Arkaka, que la tuvimos indicada en varios de los paneles que habíamos visto. No pasa nada, nosotros a lo nuestro. A intentar llegar a Ataun y tomarnos allí nuestro bocata de rigor, regado con una buena cerveza que nos daría fuerza para continuar. Desde San Martín cogimos la ruta hacia Urkillaga acabando en el Barrio de Aia para coger el ascenso hasta Lizarrusti por un camino precioso en balcón, tragando una última subida hasta el aparcamiento de Lizarrusti, donde nos esperaba la autocaravana con la bebida fresca, la ducha, las viandas y una noche preciosa.

Zaldibia




...Y llegamos a Ataun

Día 4. Lizarrusti-Pipuletako lepoa-Algorri-San Miguel. La etapa más corta que nos trajo de nuevo el sol

Último día, 16 kilómetros con 850 metros de desnivel positivo y cerca de 200 metros negativos. Nos adentramos en un bosque inmenso de hayas. Buen trecho sin apenas desnivel, para llegar a la carretera y enfilar cuesta arriba hasta el collado Pipuleta. Todavía, después de unos cuantos kilómetros, tenemos fuerzas para salirnos de la ruta un poco y ascender a una cima, Algorri, para disfrutar de un bonito horizonte. Poco después vislumbramos nuestro fin de ruta, San Miguel, ahí arriba…A las 13h damos por terminada esta travesía. Nos zampamos el menú en la Fonda y carretera y manta primero a Amezketa para dejar a nuestro amigo con su autocaravan, y luego hasta Lizarrusti para coger la nuestra y terminar nuestro periplo de 4 intensos días.

...Y salimos de Lizarrusti

El bosque nos envuelve...


De nuevo sale el sol

Y cerramos el círculo...