...Y a vosotros, ¿no os llega a encantar? Para mí, estamos rodeados de belleza
Un sábado de febrero cualquiera. Una
elección de recorrido en la que no importara tanto el tiempo como el paisaje.
Buena elección, la zona de Etxalar que encierra unos bosques espectaculares. Lo
mío son los bosques…Poco antes de las 9 ya estábamos en marcha desde el parking
de Etxalar. La niebla lo envolvía todo dando una pincelada en blanco y negro,
paisaje por el que vamos caminando cogiendo altura sin enterarnos. El toque de
viento sur hace que la sensación térmica sea algo más baja de la real, unos 5
grados. Sabíamos que al mediodía subiría hasta los 15 y saldría el astro rey,
como así sucedió.
Tras pisar pistas y carretiles
llegamos hasta mendizorrotz siguiendo una ruta de pequeño recorrido (marcas
blancas y amarillas) que nos dirige hacia
la cima de Azkua, pasando previamente por el collado y cima de Kokori
(¡qué bonito nombre!). Alcanzaremos el Azkua (783 m) sin enterarnos. Aquí
paramos unos segundos (soy muy friolera, lo se…), tomando a continuación en
descenso por un sendero GR (ruta de Gran Recorrido), que nos dirige hacia el
Barda (812 m) máxima altura del día.
Jovenes hayas rodeadas de viejos castaños...
¿Yo?, pues no podía estar disfrutando
más. Es lo que tiene esta actividad,
para mí, un lujo que simplemente esté todo ahí, a mano, sin pedir nada a
cambio, con su toque especial dependiendo de cada estación…Es un enamoramiento
que perdura…¡Uy!, ¡hoy es San Valentín!
Cima de Azkua
Lo que vino después, de quitar el
hipo…Una bajada por hayedo joven y viejo castañar que nos mantuvo mudos…Un
regalo. Después, llegamos a un canal en buen estado que en un par de kilómetros
nos dejó en un embalse pequeño desde el cual ya se adivinaban las casas del
pueblo, para cerrar la preciosa circular. ¿Cifras?, pues 14 kilómetros con 900
metros de desnivel, 4 horas que redondearon una bien aprovechada y saludable
mañanera.
"La primera condición del paisaje es su capacidad de decir casi todo sin una sola palabra" (Konrad Lorenz)