Todavía
pasan por mi cabeza las sensaciones del recorrido montañero de ayer. En un
viaje de poco más de 1 hora alcanzamos el bonito pueblo de Munarriz, situado en
un valle a 1000 metros, en las estribaciones de la Sierra de Andía, el Valle de
Goñi. Los pastos de altura, la presencia de estos pueblos pequeños y perdidos
(Goñi, Azanza, Urdanoz y Aizpún completan los 5 pertenecientes al valle), el
paisaje con pequeños neveros enganchados en los bosques y en la sombra, los
hayedos limpios, las cimas planas y redondeadas, las ruinas de tiempos pasados
donde el pastoreo alcanzaba su apogeo, descubriendo conjuntos de bordas donde
la gente se acompañaba mutuamente en los largos meses aislados del mundo...Sonidos,
olores, paisaje. No hace falta irse al otro lado del mundo, aquí cerca se puede
encontrar belleza, se busca fácil.
Son
las 9 de la mañana cuando en compañía de 2 amigos, y 2 perros (también amigos),
nos disponemos a caminar unas horas por estas tierras, que pertenecen a la
merindad de Estella, Navarra, provincia de contrastes, y que ofrece un montón
de posibilidades de disfrutar con esta actividad que tanto nos gusta. No se
escucha movimiento ni sonido alguno, salvo el ladrido de un par de perros que
se encaran a Serpa y Xiva, que ya han salido disparados dispuestos a
"comerse" el campo.
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Saliendo de Munarriz |
Avanzamos por una pista en dirección al Elimendi, o
Artesa (1137 m), denominado así por su peculiar forma, y desde cuya cima
disfrutamos de un bello paisaje, Beriain, las cimas de Sarbil y Saldise sobre
el Valle de Ollo, Txurregi, Gaztelu, la Sierra de Aizkorri, Elomendi al fondo,
San Lorenzo nevado, Orhi y Pirineos...No sé, pegados al buzón nos quedamos
extasiados con las vistas, que no abandonaremos en nuestro discurrir por las
siguientes lomas. Nos dirigimos hacia la siguiente cima, Zoiolagaina, no sin
antes bajar al collado que la separa de Elimendi, eso sí, ascendiendo a una
altura inferior, 1117 metros. Xiva salta en cuanto ve un pajarillo, olisquea,
corre, vuela, vuelve a saludarnos y se va, recorriendo el doble de distancia que
nosotros con la lengua afuera y moviendo ese cascabel cuyo sonido se mezcla con
el del viento. Serpa no se separa de nosotros, ya es algo viejo, y disfruta a
su manera.
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Cima de Elimendi (1137 m) |
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Desde Elimendi, Zoiolagaina en primer término, al fondo, Beriain y la Sierra Satrustegi |
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Preciosos hayedos... |
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Alla lejos, Ermita de la Trinidad de Iturgoien |
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Serpa pegado a su dueño |
Continuamos
nuestro camino atravesando hayedos en los que de vez en cuando tenemos que ir abriendo
y cerrando langas que encontramos a nuestro paso, o saltando cercas por los lugares
indicados con pequeñas escaleras...Por la información que llevamos hay también
algunos dólmenes que no logramos encontrar. Llegamos a un increíble lugar
protegido por el bosque. Es un conjunto de ruinas de varias bordas denominado
"El Pelotón", en el que se mezclan la maleza y las piedras, sólo de
las paredes, puesto que los tejados hace ya tiempo que han sucumbido a la
naturaleza. Paseamos entre las casas derrumbadas en silencio, observando sus vigas
y columnas ya caídas, e imaginando la vida de aquellos pastores que pasaban
meses en estos recónditos lugares; al menos, en este caso, formaban una pequeña
comunidad. Más ruinas más adelante nos siguen relatando vidas pasadas.
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Ruinas de "El Pelotón" |
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Otras ruinas, con esta circular llamada "La Cofradía" |
Para terminar, cerrando esta bonita circular,
caminamos junto al bosque y Balsa de Erna, un idílico lugar rodeado de
silencio, donde Serpa se da un buen chapuzón en busca del palo correspondiente,
y Xiva rehúye el líquido elemento continuando la persecución de sus pajarillos
de aquí para allá. Antes, en el bosque, ambos ya se habían refrescado en más de
un nevero. Esta ruta lo tiene todo. Llegamos a Munarriz después de 5 horas y 18
km, habiendo conocido un trocito de nuestra geografía escondido y bello.
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Hayedo de Erna |
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Balsa de Erna |
Kaixo Miren, lo leo y vuelvo a recordar lo bien que me lo
ResponderEliminarpasé con estos paisajes tan bonitos.
Merece la pena la vuelta.
Aio.