La
GR 15 discurre paralela al eje pirenaico y su tramo aragonés comienza en Pont
de Suert y termina en el Vértice de Algaraieta, en Fago, sumando un total de
274 km. Hace 2 años fue acondicionada esta ruta, y yo he disfrutado de una
pequeña parte de ella durante 3 días, con mi soledad acompañada por el sol, los
bosques, los pueblos que componen el principio y fin de cada etapa, los
animales que tuve la oportunidad de ver y los sonidos que escuché...en
definitiva, nunca se está solo cuando uno se llena de naturaleza, en un espacio
pequeño en el tiempo, 3 días, aunque grande, muy grande, si se suman las
vivencias.
Así
pues, mi punto de partida fue el pueblo de Broto, al que llegué desde Donostia
en nada menos que 4 autobuses, y teniendo que pasar noche en Jaca...es lo que
hay; desde Sabiñánigo parte un único autobús diario, a las 11 de la mañana,
hacia Biescas, Gavín, Yésero...Torla y Broto, continuando hacia Fiscal, Boltaña
y Ainsa, y vuelta. Después de mirar y mirar, no encontré forma de presentarme
en Sabiñánigo antes de las 11 salvo pasando noche. Llegué a Broto el jueves a
las 12 del mediodía, con toda la tarde por delante. Tomé un sendero que me
llevó hasta Torla y vuelta, para hacer tiempo para comer y dirigirme al
Albergue A Borda Felices, al que pondría un 10 en servicios y atención,
totalmente recomendable.
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Atardecer hacia Ordesa |
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Cascada de Sorrosal, en Broto |
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Ferrata de Sorrosal, junto a la cascada |
El
pronóstico de tiempo no era muy bueno, por lo que muy a mi pesar decidí que la
etapa entre Broto y Biescas del día siguiente me la saltaría. Se trata de un
recorrido exigente, de 26 km y un desnivel de 1200m. Atraviesa el Sobrepuerto,
pasando por Oto, Yosa, Puerto de Yosa, descendiendo hasta el despoblado de
Otal, Yésero, Gavín y llegada a Biescas, además, tuve un pequeño esguince que
fue el punto que me hizo reflexionar sobre lo que iba a hacer. Tomé el bus que
pasaba a las 15 h por Broto dirección Biescas. Allí pasé noche y, con muchas
ganas de caminar, realicé la etapa Biescas Isín, resultando 24 km de bellos
paisajes, y compartiendo con los pájaros, los árboles (pinos y robles sobre
todo), las nubes y el viento mis momentos mágicos del día. El tobillo acaparaba
mi atención en las bajadas, bastante cómodas en este día.
Comencé con bastante frío,
unos 3 grados, por una pista junto al cuartel de la Guardia Civil, sintiendo en
la cara el rocío de la mañana, bonita y azul. Silencio absoluto, nadie circula
por estos lugares, la única persona que me crucé fue un chico corriendo con su
perro al cabo de 2 horas de comenzar a caminar. El sendero está perfectamente
señalizado, no siendo necesario el uso del GPS que llevaba, salvo en caso de
niebla cerrada. Pronto llego al Barranco de Arás por pista, cerca de unos muros
de contención. Luego se toma un sendero por bosque, entre pinos y robles, que
conduce hasta Yosa de Sobremonte, bello y tranquilo pueblo. Continúo hasta Aso
de Sobremonte por un camino entre huertas y pastos, encaminándome después hasta
una pista más ancha que me dirige, paralela al barranco de Aso, hacia el
Collado de Estachoplano (divisoria de los ríos Gállego y Aurín), en el que el
viento helador, y unas preciosas y abiertas vistas hacia el Valle de Acumuer y
la zona del Aspe y montañas cercanas me
reciben. Tengo que abrigarme ya que la temperatura es baja, acrecentada la
sensación térmica por el viento, circunstancia que hace que no pare ni un
segundo y comience la bajada hacia Acumuer, continuando hasta Isín. Antes, se
podía hacer parada en este pequeño pueblo de Acumuer, pasando noche allí, pero
actualmente no existe esa posibilidad, por lo que se debe continuar hasta
Isín...en total fueron 25 km, no está mal
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Dejo atrás el pueblo de Biescas |
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Yosa de Sobremonte me recibe callado... |
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Vistas desde el Collado de Estachoplano |
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Al fondo, Peña Oroel |
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El Collado Estachoplano |
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Acumuer |
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Vistas desde mi habitación del Albergue de Isín |
Enseguida
me recibió en su gran albergue Dani, dejándome todo el edificio para mí
sola...un poco de miedo ya daba estar allí, subiendo y bajando las escaleras,
permaneciendo en esos comedores y habitaciones enormes, de varias camas. En
fin, es temporada baja, y NADIE respiró por allí, aunque por la noche percibía
mil ruidos a mi alrededor.
Tuve
que madrugar un poco dado que iba a ser una etapa larga (27 km). Con el frio de
la mañana me dispuse a comenzar la ruta, que va por pista en su mayor parte.
Atravesando pinares hasta llegar a un collado con unas vistas maravillosas
hacia la Partacúa, el collado de Collugané, con el Valle del Aurín a los pies.
¡Qué sensación llegar allí!, sola, todo lo que ocupaba mi vista era mío en ese
momento, son sensaciones que me llenan, merece la pena caminar para encontrarse
uno así, mientras pueda no dejaré de hacerlo. Además, tuve la suerte de ver un
par de jabalíes escapando de mi presencia...
Continúo
por pista en bajada, zigzagueando y cruzando por camino que la corta, hasta
llegar a un lugar que me dejó con la boca abierta, el Despoblado de Larrosa. No
sé qué tienen estos lugares que me dejan sin respiración. Atravesé sus
desvencijadas calles no perdiendo detalle de cada hueco, comido por la
vegetación, viendo la iglesia de San Bartolomé, erguida, dominando las paredes
rotas de las casas que antaño rebosaban vida, ¡qué sitio!. Sigo, en ascenso,
con el corazón palpitante recordando las imágenes de esta naturaleza que se apodera
de todo, hasta rozar el Río Iguácel, ahora por pista, que se hace un poco larga.
Llego al sitio donde se erige la Iglesia de Santa María de Iguácel, preciosa
edificación, donde paré a beber agua de su fuente de tres caños, y a descansar picando
algo. Me esperaba otra subida corta por bosque, recibiendo su sombra en un día
ideal para caminar. Alcancé de nuevo otra pista que tras 2 km llegaba a otro
collado, para descender siguiendo la vertiente izquierda del Barranco de San
Juan, y vadeando en varios puntos el río, llegar a la Ermita de San Juan de
Cenarbe, tras la que ya sólo queda alcanzar el viaducto del ferrocarril y más
adelante llegar al río Aragón para adentrarnos en la parte alta de Castiello de
Jaca. Han sido 7 horas...es momento de descanso y comida en Casa Pío para luego
tomar el bus que baja de Astún y me deja en Jaca...Desde aquí de nuevo tomo el
bus a Iruña y luego a Donostia.
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Vistas desde el Collado de Collugané |
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Ruinas despoblado de Larrosa |
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Caminando por sus calles desvencijadas |
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Preciosa Iglesia de San Bartolomé |
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Santa María de Iguácel |
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La Iglesia se queda abajo... |
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Preciosas sendas |
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Vadeando rios casi secos |
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Castiello de Jaca |
"Tengo la costumbre de ir por los caminos mirando a la derecha y a la izquierda, y de vez en cuando mirando para atrás...Y lo que veo a cada instante es lo que nunca había visto antes, y me doy cuenta muy bien de ello...Sé sentir el pasmo esencial que siente un niño, si al nacer, de veras reparase en que nacía...Me siento nacido a cada instante a la eterna novedad del Mundo..." (fragmento de "El Guardador de Rebaños", Alberto Caeiro))
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