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Ermita de Andra Mari de Uribarri-Arana |
Hay
recorridos bien cerca de casa que no dejan de sorprenderme. Soñamos con irnos a
países recónditos, hacer largos trekings, conocer culturas escondidas, y a tan
sólo una hora tenemos un verdadero paraíso. Estos lugares me inspiran y me
cargan las pilas. Hemos visitado en un solo día en el pequeño Valle alavés de
Arana tres preciosas ermitas románicas, unos pueblos maravillosos, y unos
bosques de roble, boj y haya que a pesar de su desnudez nos han deleitado a
nuestro paso.
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Detalle ajedrezado puerta Andra Mari |
Comenzamos
una mañana cálida de febrero (12 grados a las 9 de la mañana), desde el bonito
pueblo de Uribarri-Arana donde hemos pasado la templada noche invernal. Nos
dirigimos nada más pasar la carretera hacia la pequeña ermita de Andra Mari, de
planta rectangular y ábside semicircular, construida entre los siglos XII y
XIII y cuya única ornamentación es un ajedrezado sobre el arco de medio punto
de la portada sur. En la portada oeste, una cruz en flor de lis bajo el arco
nos indica su carácter mariano.
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No tenemos pérdida |
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Puerta pueblo Kontrasta |
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Detalles romanos en muro ermita Elizmendi de Kontrasta |
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Figuras geométricas y de canes, Cristo desproporcionado |
Continuamos
entre pistas y sembrados hacia Kontrasta, pueblo al que llegamos en poco menos
de 1 hora. En lo alto de la población se erige otra preciosidad, la ermita de
Nuestra Señora de Elizmendi, de origen medieval pero que encierra entre sus
muros un tesoro mucho más antiguo, pues nos remontamos al siglo II. Formando
parte de los sillares de este viejo templo hay nada menos que 17 lápidas
romanas con inscripciones funerarias que seguramente fueron traídas desde
alguna necrópolis cercana que de momento no se ha descubierto. En la cabecera
semicircular de la ermita se encuentran talladas figuras geométricas y curiosos
canes, así como un Cristo de formas desproporcionadas. Aquí nos entretenemos un
rato dando vueltas al edificio observando sus piedras e inscripciones.
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El bosque nos acoge |
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San Cristóbal (1147 m) |
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Ojo de Inguiluz |
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Vértice y buzón de Kapitate (1115 m) |
Seguimos
en cómoda subida y adentrándonos en el bosque hacia el cordal que nos llevará por
las cimas de Illarraza, San Cristóbal, Kapitate, Sombrerete y Txandi, todos
alrededor de los 1100 metros. Pasamos junto a un "ojo" tallado en la
roca, el de Inguiluz, en un lugar escondido en pleno bosque. Seguimos hasta
llegar al precioso lugar donde está ubicada la ermita de Santa Teodosia, antaño
refugio de caminantes y peregrinos en la hospedería aneja al templo, de gran
importancia por su situación en la frontera con Navarra, siendo lugar de paso
entre las tierras del Ebro y el mar. La ermita ha sido edificada sobre otra que
se incendió en 1697 que probablemente fuera del siglo XVI. Antes del incendio
hay indicios de que vivieron en las dependencias hasta 2 ermitaños según un
documento de principios del siglo XVII. En un ángulo, y al exterior, se abre un
púlpito con balaustrada de hierro desde el que se predicaba a los romeros en
las grandes concentraciones de fieles. Según la tradición Santa Teodosia alivia
a los enfermos reumáticos. Como curiosidad, existe un árbol singular junto a la
ermita, se trata de un enorme fresno. También hay un dolmen que no se terminó
de excavar muy cerca, descubierto en 1978.
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Ermita de Santa Teodosia |
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El Fresno de Santa Teodosia |
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Bonito crucero |
No
tenemos más que bajar hacia el Valle dejando cerca el pueblo de San Vicente de
Arana y pasando por Alda, otro pueblito que da vida a este bonito valle en
nuestra montaña cercana. Una circular de 5 horas y 17 km que nos ha dejado un
buen sabor de boca y ganas de volver a recorrer estas tierras.
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Lavadero en el pueblo de Alda |